Descripción
Tras los atentados de Madrid del 11 de marzo de 2004, que acabaron con la vida de 192 personas, una ejemplar investigación policial y judicial -reconocida a nivel internacional- determinó que un grupo de radicales islamistas habían sido los culpables. Sin embargo, la proximidad de las elecciones generales lo enturbió todo. `Si ha sido ETA, barremos, si han sido los islamistas, gana el PSOE`, dijeron los aledaños del poder antes de los comicios. -Alguien hizo la cuenta en escaños-, admitió Casimiro García-Abadillo.
Durante tres días, varios miembros del Gobierno se empeñaron en seguir vinculando a ETA cuando todas las pistas ya apuntaban hacia otro lado. Aznar confesó en sus memorias que el CNI desconocía quién había sido el autor. Consultaba el entonces presidente a la fuente equivocada, pues el auténtico manantial de información eran los Tedax, quienes recogían y analizaban los restos de las bombas, única pista sobre la que se podía iniciar una investigación.
Miembros del CNI me preguntaban continuamente. En este libro cuento minuto a minuto cómo fuimos descubriendo cada dato y cómo yo personalmente se lo iba comunicando a mis superiores: que los artefactos que no explotaron se componían de dinamita Goma 2 ECO, que de los que sí explosionaron no se pudo determinar la marca y que los detonadores hallados en la Kangoo tampoco apuntaban a ETA. Aqui se pueden consultar otros documentos de interés referenciados en el libro: https://bit.ly/documentoslasbombasdel11M
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