Descripción
– Entonces, necesitamos un milagro, necesitamos un hijo. Me acuerdo, lo hemos estudiado, – dijo precipitadamente el angelito menor. – ¿Un hijo, un hijo-.. – trataba de recordar el orden de acciones a seguir. – ¿Qué tenemos que hacer- – un poco alterado, le preguntó a su compañero mayor, porque nunca antes le tocó cumplir semejantes deseos de los mortales.
– Si es necesario, es necesario. Cuando se trata de milagros es nuestra competencia. Escribe la solicitud, – contestó tranquilamente el amigo mayor.
– ¿Cuál solicitud? ¿A quién? – se sorprendió el angelito.
– ¿Cómo que a quién? – respondió el mayor.- ¿Qué te enseñaron en la escuela? Escribe la solicitud a la OFICINA CELESTIAL, que se necesita un alma nueva, de un recién nacido, todos aman a todos, está aprobado y se certifica con las firmas.
El pequeño angelito refunfuñó algo, pero con cuidado, y levantando la cara de vez en cuando hacia el cielo, escribió la solicitud. Los dos salieron volando a entregarla para el trámite a la OFICINA CELESTIAL.
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